15/1/20

NO AL MALTRATO DE LA MUJER





La mujer es un manantial lleno de sabiduría, el hombre que vive a su lado tiene la oportunidad de sumergirse en sus aguas y aprender de ella.
Las mujeres  por el hecho de tener la posibilidad de ser madre sentimos como algo nuestro la suerte de todos los niños de la tierra.
Qué maravilloso es ser mujer, no solo tenemos una capacidad ilimitada de amar, sino que además tenemos unas ganas inmensas de vivir esta experiencia, expresarla en cada detalle, a cada momentos y compartirla con todo el mundo.
Al observar el universo entero  el amor que sentimos las mujeres es ilimitado, lo escogemos para ser portadoras de nueva vida en las entrañas o el corazón.
El amor necesita expresarse de todas las formas posibles, y es por ello que nos elegimos  como las más fieles embajadoras.
Hombre, cuando veas a una mujer, debes saber que por encima de sus virtudes ó defectos somos: madres.
Madres de bebes , de ilusiones, de sentimientos, de riquezas inalcanzables...
Capaces de superarnos a nosotras mismas hasta lo inimaginable .
Si el hombre supiese lo grande que es el corazón de una mujer y las ganas que tiene de amar, la trataría con mucho más respeto.

A diferencia de muchos hombres para los cuales su prioridad inmediata es el éxito profesional, las mujeres tenemos el coraje y la valentía de renunciar a todo en beneficio de nuestra familia.
La versatilidad a la hora de escoger una prenda de vestir adecuada o el perfume con el que nos sentimos más identificadas, demuestran la imaginación y la alegría de vivir que atesoramos las mujeres.
Gracias a la alquimia que se realiza en nuestro interior, las mujeres somos las elegida para traer nueva vida al mundo y merecemos inmenso respeto.
Como es posible que el hombre consciente de ello, ante este milagro que se realiza continuamente, no tenga la sensibilidad de agradecerlo y hacérselo saber con diferentes detalles.
El hombre moderno ha quedado fascinado por la  nueva tecnología y hemos de ser las mujeres quienes custodiemos las emociones y los sentimientos, las encargadas por la vida de hacer comprender a su compañero que por encima de sus prioridades se encuentra el amor.
Las mujeres asumimos la función de ser madres con un coraje y una ilusión, que asombra hasta al hombre con más determinación.
El hombre consciente no solo se enamora de una mujer con nombre y apellidos, si no que valora a todas las mujeres al ser las escogidas por el amor, como las intérpretes ideales en todas sus facetas.

La misma mujer que en su juventud quedaba seducida por las palabras, en su madurez solo quiere hechos y realizaciones firmes.
Las mujeres reconocemos muy pronto nuestro papel en la vida, y a partir de ese momento ponemos todo nuestro empeño en conseguirlo.
Las mujeres supeditamos nuestro ego a nuestra familia cuando surge un conflicto armado y estamos siempre preparadas expectantes. Deberíamos de crear un consejo de mujeres de ambos bandos en las reuniones diplomáticas.
A diferencia de los hombres, nosotras, por el bienestar de nuestros hijos, y de los hijos de los demás, llegaríamos pronto a acuerdos lícitos y en beneficio de todos .
Las mujeres tenemos tantas ganas de amar, que lo manifestamos hasta en el detalle más pequeño, y nos extrañamos de que la mayoría de los hombres no tengan la capacidad de percibirlo.
El hecho de que las mujeres seamos generadora de vida, hace que nos sintamos interesadas e identificadas por todo aquello que comparte nuestra misma situación, por todo aquello que lleva vida en su interior.
La paciencia en la espera y la constancia en la entrega, destacan más en las mujeres que en el hombres.
Saber adivinar como es realmente una persona, más allá de sus palabras y de sus gestos, es una cualidad innata en las mujeres. A diferencia de nosotras, el hombre en la mayoría de los casos, se deja seducir por lo primero que ve.

Aunque en un primer impulso el hombre parece el ganador, la fidelidad y constancia en sus acciones hace que las mujeres siempre lleguemos más lejos.
Mientras el hombre le cuenta cada día sus sueños, las mujeres tomamos decisiones e iniciamos acciones.

A pesar de estar en estado alerta permanente, las mujeres bajamos nuestras defensas cuando nos enamoramos...
Aún sin saberlo toda mujer es una actriz vocacional, pues a lo largo de nuestra vida, interpretamos de forma magistral múltiples papeles.
Las mujeres somos una llama que solo necesita una buena causa para alumbrar el mundo y ser constante para mantenerla encendida aun cuando parece que tan solo queden ascuas.
En la vida, el hombre pone la razón y la mujer la imaginación.
El hombre prioriza lo social, las mujeres lo emocional.
En nostras la disponibilidad por nuestra familia está por encima de cualquier interés.
El hombre que hace una exposición continuada de sus logros y sus aspiraciones, se diferencia notablemente de las mujeres que permanecemos calladas escuchando intentando aprender, además de interesarnos por la historia personal de los demás. Es el espejo donde él debe mirarse, y al ver su dedicación y su entrega, intentar por lo menos acercarse y parecerse a nostras un
poco más.
Si alzáramos nuestras manos en pos de guerra contra el maltrato hacia las mujeres , nos convertiríamos de nuevo en Amazonas como Hera o Afrodita entre muchas otras, recuperando esa fuerza y poder ya olvidados y en en algunas enterrados.
Mujer, no tengas miedo , recupera tu poder !!!.


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